Las enfermedades mentales pueden robarnos muchas cosas. Puede tensar nuestras relaciones, alterar nuestra vida profesional y académica y agotar nuestro bienestar mental, emocional y físico. Sin embargo, también puede robarnos algo igual de importante y extremadamente íntimo: nuestra compasión hacia nosotros mismos y nuestra compasión hacia los que nos rodean. Por eso la terapia centrada en la compasión (TFC) puede ser tan impactante cuando se integra en un plan de recuperación de la salud mental.
La compasión es una parte tan crítica de nuestras vidas que cuando la perdemos, puede ser devastador. La autocompasión es amor propio; cuando ese amor está bloqueado, podemos sentir que nada más importa. Como si no hubiera nada más a lo que recurrir. Sin embargo, no es así. Siempre hay ayuda disponible.
Hay centros de recuperación cuyo objetivo principal es ayudar a las personas a recuperarse. No sólo tratar su trastorno, sino superarlo y ayudar a la persona a recuperarse a largo plazo, no sólo a mejorar en el momento. Mientras que muchas modalidades de tratamiento pueden ayudar a que esto suceda, la integración de CFT junto con otros tratamientos basados en la evidencia y la experiencia puede hacer un plan de recuperación altamente exitoso y sostenible.
¿Qué es la CFT?
La CFT es un concepto relativamente nuevo en el ámbito de la recuperación, ya que fue creado hace sólo dos décadas por el psicólogo británico Paul Gilbert. En última instancia, se basa en la creencia de que fomentar la compasión hacia uno mismo y hacia los demás ayudará a las personas a controlar su estado de ánimo y a adquirir las habilidades de afrontamiento que les ayudarán a minimizar la ansiedad y a aumentar la autoaceptación.
Sin embargo, también es importante entender que la CFT no se sostiene únicamente sobre su propia premisa. Es un conjunto de conceptos, teorías y terapias que se han integrado para hacer de la TCC una modalidad de tratamiento integral. Estos componentes proceden de la terapia cognitivo-conductual (TCC), la psicología del desarrollo, la psicología evolutiva, la psicología social, la neurociencia y la filosofía budista.
De todos esos componentes, podría decirse que el más influyente es la integración de la TCC. Tanto es así que la TCC no sólo está influida por la TCC, sino que se utiliza habitualmente junto a ella en un plan de recuperación de la salud mental.
Comprender la TCC
La revista revisada por pares Cognitive Therapy and Research explica que la TCC "se refiere a una clase de intervenciones que comparten la premisa básica de que los trastornos mentales y el malestar psicológico se mantienen por factores cognitivos" y "que las cogniciones inadaptadas contribuyen al mantenimiento del malestar emocional y los problemas de conducta". Una simplificación excesiva de esto, pero quizá una explicación más clara, es que los pensamientos de un individuo mantienen y exacerban aspectos de su trastorno mental, y estos pensamientos conducen a comportamientos no deseados y potencialmente perjudiciales.
El objetivo de la TCC es crear estrategias para afrontar mejor estos patrones de pensamiento inútiles. De este modo, la persona controlará mejor sus comportamientos y será menos sintomática y más participativa en su vida cotidiana.
Uno puede ver cómo la TCC y la TCC pueden trabajar bien juntas porque los patrones de pensamiento negativos que conducen a la pérdida de la compasión son ciertamente un conjunto de patrones que podrían utilizar un cambio estratégico. Cuando una persona comprende mejor de dónde proviene cognitivamente esta falta de autocompasión, puede empezar a cambiar sus comportamientos que agravan y continúan el círculo vicioso.
¿Cómo es un plan de recuperación integrado con CFT?
Una de las claves de cualquier plan de recuperación de la salud mental es que esté adaptado al individuo. Esto puede parecer obvio, pero muchos centros de recuperación ofrecen planes de tratamiento muy unidimensionales. Estos centros de recuperación no tienen en cuenta la naturaleza única de la historia de cada persona. Es importante recordar que un individuo nunca debe ser definido por el trastorno con el que está luchando.
Otra clave para un plan de recuperación de salud mental es que sea integral y multifacético. Tal como mencionamos anteriormente, con la prevalencia de la TCC y la TCC que se utilizan juntas, muchas otras modalidades también funcionan de maravillas para la recuperación cuando se integran en un plan de recuperación individual. Muchas de estas modalidades son terapias basadas en la evidencia, como la TCC y la terapia dialéctica conductual (TDC). Sin embargo, existen muchos otros métodos de tratamiento muy beneficiosos. Algunos de estos métodos incluyen:
- Arteterapia
- Cineterapia
- Terapia de movimiento
- Reiki
- Terapia nutricional (especialmente para personas con trastornos alimentarios)
- Terapia narrativa
- Terapia de experiencias en la naturaleza
La importancia de una recuperación sostenible a largo plazo
Al igual que con cualquier plan de recuperación respetable, un plan que incluya CFT siempre debe tener en mente el largo plazo. Como se mencionó anteriormente, "la recuperación consiste en estar bien. No sólo estar mejor".
El Dalai Lama afirmó en una ocasión que "el amor y la compasión son necesidades, no lujos. Sin ellos, la humanidad no puede sobrevivir". Leyendo esto, no es difícil ver por qué la CFT también bebe de la filosofía budista. La CFT puede ayudarnos a recuperar la autocompasión y la compasión por los demás que la enfermedad mental intenta arrebatarnos, y todo el mundo merece sentir compasión en su vida. Es una parte fundamental de lo que da sentido a la vida.
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